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EL
BAILE OFICIAL
ALGUNOS
RECUERDOS DE INFANCIA Y JUVENTUD
POR Martin Almada
EL BAILE
OFICIAL
El 10 de agosto se celebra cada año en mi pueblo, San
Lorenzo, a 12 km de Asunción (la capital del país, Paraguay) el
baile oficial en homenaje a
uno de los mártires de la Iglesia
Católica.
San
Lorenzo fue fundada por el capitán español Fernando de Pinedo el 10
de agosto de 1775.
En
los primeros años del siglo XX estaba unido a
Asunción
por el legendario TREN LECHERO, que ha inspirado a músicos y poetas.
Me
referiré aquí al acontecimiento que tuvo lugar en la fiesta oficial
de en la pista de baile de la Municipalidad local con la asistencia
preferencial de gentes oriundas de Europa, Arabia y América
del Sur (Argentina), cuyos apellidos recuerdan a las familias
Frizzola, Id, Mosteiro, Meyer, Rejala, Salomón, Sardi, Said, Rahal,
Estragó, Bareiro, Ovejero, Risso, Cataldi, Pont Vila, Viré,
Zarate, Paggliaro, Grunffeld, Lluis, Ramos, Romero,
Volkart, Michailuk, Menchaca, Ochoa, Taboa, Alsina, Segovia,
Rodriguez, Cubero, Acuña, Muñoz, Vallejos, Martinez, Cáceres,
Torales, Morales, Duarte, Soria, Giménez, Samudio, Benitez, Alvarez,
Pérez, Adorno, Sala, Pitta,Caballero, López, Rumich, Molinas,
Mosqueira, Núñez, Orué, Speratti, Palma, Recalde, Bozzano, Da
Ponte, Mercado, Aponte, Meister, Mutti, Ayala, Mendoza, Criscione,
Prieto, Acosta, Morel, Ferras, Enciso, Rolón,García de Zúñiga,
Flores, Gaona, Paredes, Bordón, Gutiérrez, Alborno, Vera, Meza,
Elizalde, Melgarejo, Pereira, Santacruz, Paiva, Acevedo, Gómez,
Fleitas, Bobadilla, Torres Carvallo, Mancuello, Collar,
Ovelar,Rebull, Fariña, Lombardo y otros.
Sobre
el murallón de la Municipalidad, entre otras gentes curiosas se
encontraba mi madre, Lidia Almada, de 18 años de edad,
observando el baile. De repente notó que su candidato no
oficial, Joaquín García de Zúñiga,estaba repitiendo varias
veces el baile con una distinguida dama.
Mi
madre se lanzó al ruedo y aplicó unas bofetadas al bailarín.
¿Porqué?
Lidia estaba embarazada de 3 meses y en su vientre
materno me encontraba yo.
Rápidamente
intervino la policía poniendo orden, es decir, expulsando del
recinto a la atrevida joven campesina, mi madre.
García
de Zúñiga, sanlorenzano, estudiante de contabilidad, nunca más
apareció en público. Se supone que sus padres le llevaron a Rio
de
Janeiro, (Brasil) donde culminó sus estudios. Por su parte
mi madre, para evitar el aborto, se refugió en la casa de la abuela,
de Sara Ayala, que
vivía en Puerto Sastre trabajando de
lavandera de los capos de la institución en la empresa taninera
anglo-argentina de la localidad.
Finalmente, la empresa quebró
y se produjo la desbandada de la población.
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En
definitiva, yo soñaba con un mundo donde una desigual cuna no
significara una desigual vida y donde hubiera pan y rosas para toda la
población.
Por haber reclamado en Asuncion :
salario digno y vivienda
digna a todos los educadores del país
concretando la construcción de la VILLA
DEL MAESTRO la policía política me
persiguió bajo la acusación de terrorista intelectual.
Finalmente ,fui detenido, y condenado
a pena de cárcel sin intervención judicial y
encerrado en el tristemente famoso campo de concentración de
Emboscada, donde permanecí, bajo condiciones lamentables, entre
1974 y 1977. Para lograr mi libertad recurrí a la
huelga de hambre de 30 días.
El 5 de diciembre de
1974,falleció mi esposa ,Celestina Pérez de
Almada como consecuencia de la tortura psicológica a la
que fue sometida. La hacían escuchar por teléfono mis
llantos y alaridos. Ella murió de dolor. Así
quedaron huérfanos nuestros hijos, Ricardo, Lincol y
Celeste Judith.
En 1985 contraje matrimonio con
la Profesora y periodistas argentina MARIA STELLA
CACERES y juntos hemos creado en 1990 la FUNDACION
CELESTINA PEREZ DE ALMADA con personería jurídica
por Decreto No.18118/93 posibilitando la creación y
funcionamiento del MUSEO DE LAS MEMORIAS. DICTADURA Y DERECHOS
HUMANOS en la ex Técnica Centro de Tortura,
invento de Robert K.Thierry de la CIA norteamericana en 1956 con el
grado de Coronel.
En el campo de Emboscada era
difícil descansar por el clima hostil militar/policial que
allí se respiraba. El cuerpo padecía las lógicas
consecuencias del encierro, pero mi mente no descansaba y continuamente
estaba en activo pensando en mi infancia, en Puerto Sastre y/o en el
Instituto Juan Bautista Alberdi de San Lorenzo donde habíamos
aplicado la Educación Liberadora de Paulo Freire.
Una noche vinieron a mi mente
recuerdos de mi infancia, de cuando me trasladé a San Lorenzo.
Las imágenes de aquel tiempo fueron desfilando por mi cabeza con
meridiana claridad, y aunque habían pasado muchos años, a
lo largo de aquella noche rememoré con detalle uno de los
episodios de mi vida que considero muy importantes: vivir
en San Lorenzo. Para ello teníamos que trasladarnos en
barco hasta Asunción. Con la familia nos dirigimos al puerto y
abordamos el barco “Anita Barthe” en el que
viajaríamos hasta la capital del Paraguay.
Corría el año de 1943,
yo había cumplido los 6 años de edad y residíamos
en Puerto Sastre, en el inhóspito Chaco paraguayo. Mi abuela
Sara y mi madre Lidia habían decidido abandonar el
Puerto debido a la quiebra de la empresa taninera
anglo-argentina que dejó la población a la deriva
provocando que mucha gente abandonara el lugar, como hicimos nosotros.
Así pues, con mi abuela y mi madre al frente, y junto a mis
hermanos Rutilio y Papi, de 3 y 4 años respectivamente, subimos
al “Anita Barthe” que nos llevaría a Asunción
con destino final en San Lorenzo.
Una vez en San Lorenzo me
acogió mi tía Ruperta, que vivía delante mismo de
la Escuela España donde había instalado una cantina
escolar en cuya misma estancia me alojó.
Ruperta era una mujer
voluminosa de más de 100 kilos, fanática católica
a la vieja usanza. Su marido, José Blas Acosta, era talabartero,
no pesaba más de 50 kilos, posiblemente de pensamiento
anarquista según deduje después dada su profunda
sensibilidad
social.Mi tía había
adoptado como hija una muchacha, llamada Juanita, que era muy buena y
estudiosa. Abrazó la carrera de odontología que
estudió en la Universidad Nacional y siempre me trató con
gran consideración. Juanita tenía una colección de
la revista educativa argentina BILLIKEN, que muchas veces me prestaba y
en cuyas páginas
descubrí un día
la foto del general José de San Martín, libertador de
América Latina, a quién yo admiraba porque también
se llamada Martín.
Recuerdo que un Viernes Santo la
autoritaria tía me ordenó que la acompañase a la
iglesia para asistir a la pasión y muerte de Jesucristo,
alguien entonces totalmente
desconocido para mí. Al llegar al templo contemplé
intrigado a una persona que estaba clavada a una cruz, y pensé
que se trataría de alguien importante de Puerto Sastre que se
había portado mal.
A las 15 horas pm de
aquel viernes sonó la vieja campana de la iglesia anunciando la
muerte de Jesús. Mi tía empezó a llorar
amargamente y, tomándome con fuerza del cuello, casi me
asfixió. Fue una especial y desagradable experiencia religiosa.
Mi vida en San Lorenzo estaba marcada
por una dura rutina que empezaba a las 4 de la mañana para
preparar el fuego, cebar el mate
amargo y freír las empanadas.
A partir de las 7.00
salía a la calle y me dirigía especialmente a la
Escuela de Agricultura, para vender mi mercancía.
A les 13.00 pm me liberaba de mi
cadena y me iba a la Escuela España donde a pesar de la
dificultad para aprender la lengua
castellana fui muy feliz.
A las 21 pm nos acostábamos.
Recordaba como mi primera experiencia comercial fue un total fracaso.
Venían los clientes, comían a gusto las empanadas y se iban sin pagar.
Regresé contento a casa con la
canasta vacía y la tía me reclamó: La PLATA, LA
PLATA, ¡ENTREGAME LA PLATA…! Yo no sabía el
significado de la palabra plata. Me trató de indio
estúpido, de sonso, etc. mientras con
el rosario de metal me golpeaba la
cabeza. Ante mi llanto se acercó el tío José Blas
para consolarme y me explicó que por cada empanada
correspondía recibir una suma de dinero. Me dijo que en este mundo “Valle de lágrimas” nada es gratis.
Reprochó a la tía
su brutalidad y se dispuso a enseñarme la operación
aritmética del cambio de dinero, es decir como devolver el
vuelto.
Así aprendí muy pronto
la aritmética elemental, pero de gran utilidad para
desenvolverme en mi pequeño mundo comercial. Sin embargo,
reconozco que no fue fácil mi monetización en mi nuevo mundo social- económico capitalista.
En San Lorenzo vivía una
pequeña población española, mayoritariamente
antifranquista, que apoyaba la acción cultural escolar.
También una pequeña colonia de sirios libaneses que se sumaban a la empresa educacional.
Recuerdo que al iniciar las clases
cantábamos canciones patrióticas españolas. El
verso de una de ellas marcó también mi vida; decía
así:
“España del alma
mía, España donde yo nací.… tu eres tierra
de ensueño que jamás yo vi”. Yo estaba
convencido que había nacido en el rico suelo español y no
en el pobre Puerto Sastre.
No he olvidado nunca a mis queridas
maestras que, con mucha paciencia, me alentaban a seguir adelante:
Justina Meyer, Esther Meyer
de Recalde, Elodia Manzur, en
especial Amelia Arriola de quien estaba totalmente enamorado, con un
enamoramiento precoz, románticamente
platónico. Era la única profesora que venía de Asunción, siempre elegante, amable y bella.
Todos estos pensamientos alimentaron muchas de mis noches de cautiverio. Mis vigilias carcelarias encontraron en estos recuerdos
momentos de abstracción mental
y alivio del sufrimiento. Pero aún hoy, cuando ya pasados los
años duros de encarcelamiento vuelven a mí estos retazos,
no puedo sino recordar con cariño aquellos años de
infancia en que no sabía que, en este mundo ingrato, capitalista
y mal pagador, todo tenía un precio.
No he olvidado nunca aquellos
años de infancia y juventud, en los que las dificultades diarias
se mezclaban con las enseñanzas que la vida me iba dando .
Me refiero a mi trayectoria personal y profesional, con una
perspectiva inalterable: ayudar a la gente a vivir en una sociedad
donde impere la justicia social, la fraternidad y la
solidaridad, es decir el pleno respeto de los
Derechos Humanos.
Con el apoyo de
Amnistía Internacional fui nombrado como CONSULTOR
DE UNESCO PARA AMERICA LATINA con sede en
Paris. 1979/1992 . En diciembre de 1992 en Asuncion
con la cooperacion del Juez Penal Jose Agustin Fernandez
descubrí el Archivo del Terror, un centro de
documentación de la OPERACIÓN CONDOR.Pacto
criminal latinoamericano.
En diciembre del 2002
recibí en el Parlamento Sueco de Estocolmo el
PREMIO NOBEL ALTERNATIVO.
En diciembre del 2021
recibí el Premio de la Legión de Honor
del gobierno francés en el grado
de oficial.